Maestros, Decisiones y Trascendencia (Paperback)
La felicidad del ser humano solo se le encuentra en la realizaci n de su ser: aquello que le habita y palpita en su interior le va gritando el llamado hacia la plenitud.
En el silencio de su intimidad m's ntima: en lo m's profundo de su esp ritu, de manera misteriosa, se trama el desarrollo de su plenitud, el mismo que le llevar hacia el encuentro con lo que trasciende su ser, la inmortalidad.
Para facilitar nuestro desarrollo trascendente, debemos caminar de la mano de buenos maestros del saber y vivir. Los mismos que a trav's del correr de la vida nos han ido acompa ando y guiando en el progreso que nos lleva hacia la trascendencia; yendo m's all de lo cotidiano hasta llegar a rebasar grandes obst culos que no permitir an que nos podamos elevar para alcanzar nuestras metas.
Valiosos maestros de la vida ser n los gu as que ir n ense ndonos a utilizar bien todas nuestras capacidades para aprehender y saber c mo romper con cuanto capricho se nos interponga en nuestro progreso personal hasta que, por fin, alcancemos la meta m's preciada, la felicidad tan anhelada: la plenitud de nuestras vidas, la humaneosis.
En el silencio de su intimidad m's ntima: en lo m's profundo de su esp ritu, de manera misteriosa, se trama el desarrollo de su plenitud, el mismo que le llevar hacia el encuentro con lo que trasciende su ser, la inmortalidad.
Para facilitar nuestro desarrollo trascendente, debemos caminar de la mano de buenos maestros del saber y vivir. Los mismos que a trav's del correr de la vida nos han ido acompa ando y guiando en el progreso que nos lleva hacia la trascendencia; yendo m's all de lo cotidiano hasta llegar a rebasar grandes obst culos que no permitir an que nos podamos elevar para alcanzar nuestras metas.
Valiosos maestros de la vida ser n los gu as que ir n ense ndonos a utilizar bien todas nuestras capacidades para aprehender y saber c mo romper con cuanto capricho se nos interponga en nuestro progreso personal hasta que, por fin, alcancemos la meta m's preciada, la felicidad tan anhelada: la plenitud de nuestras vidas, la humaneosis.